lunes, 23 de julio de 2012

Buscamos una educación ambiental emancipadora...




“La utopía es posible porque la historia y el conocimiento
de sus leyes universales vuelven inteligible su progreso.
De esta manera, la utopía deja de ser un mito u obra literaria
y se vuelve práctica organizada, deseo de emancipación de
toda la humanidad”
Marinela de Souza Chaui



A pesar de las dificultades, la escuela, como
institución que se ha mantenido de pie a lo largo de
tantas crisis, es un espacio propicio y fértil para
comenzar a transitar, a través de la participación
activa de docentes y chicos, este nuevo camino que
propone la educación ambiental.
Creemos que la educación ambiental puede traer
nuevos aires para que una nueva cultura florezca en
la escuela. Para eso es necesario cambiar la manera
sesgada de abordar en su seno las problemáticas
ambientales, entendida hasta hoy desde disciplinas
aisladas y descontextualizadas de la realidad
próxima de los alumnos. Es preciso complementarla
con los valores simbólicos y culturales a ella
asociados.

domingo, 1 de julio de 2012


“Ya no hay aire, sino desaire.
Ya no hay lluvia, sino lluvia ácida.
Ya no hay parques, sino parkings
Ya no hay sociedades, sino sociedades anónimas.
Empresas en lugar de naciones.
Consumidores en lugar de ciudadanos.
Aglomeraciones en lugar de ciudades.
No hay personas, sino públicos.
No hay realidades, sino publicidades.
No hay visiones, sino televisiones.
Para elogiar una flor, se dice: “Parece de plástico”.
Eduardo Galeano

Los objetivos de la Educación Ambiental



Con respecto a los objetivos de la educación ambiental y la manera que a menudo se enseña, nos planteamos los siguientes interrogantes:
¿Es suficiente transmitir información y contenidos conceptuales?
¿Alcanza con concientizar?





Los otros objetivos de la educación ambiental...


· Promover un análisis de los problemas ambientales desde su complejidad...
No podemos negar la organización sistémica del ambiente, con multiplicidad de componentes vinculados por una red de relaciones y procesos que le dan sentido. Hasta ahora todo esto fue analizado desde ópticas parcializadas y que establecían relaciones monocausales y responsabilidades fragmentadas respecto de las mismas.
La EA debe promover una mirada compleja sobre las problemáticas ambientales que permitan una visión global del mundo. Y esto tiene que ver también con la propuesta de pasar de “una visión simple a una compleja”.



· Estimular el pensamiento crítico


· Dar herramientas y motivar para la acción...
La educación ambiental promueve nuevas actitudes y nuevos criterios para la toma de decisiones y la autogestión de las comunidades. Asimismo entendemos que la participación posibilita y beneficia el ejercicio creativo de los actores sociales a la vez que propicia nuevos ámbitos para la democratización de proyectos educativos. La participación se hace efectiva en la escuela pero además, y tal vez más importante, se aprende en la escuela.
Los alumnos que, acompañados por sus docentes, directivos y por instituciones barriales, son capaces de abordar distintas problemáticas del contexto socioambiental en el que viven se convierten en protagonistas del cambio y profundizan los vínculos entre la escuela y su comunidad, potenciando a su vez, la calidad educativa del aprendizaje. Asimismo, es en aquellos espacios no formales donde se ejercitan prácticas de educación ambiental y se fomenta el trabajo cooperativo que promueve una mejor
calidad de vida de quienes las impulsan.





Campo de estudio de la educación ambiental: la relación sociedad-naturaleza


En el siglo XIX, la Revolución Industrial permitió avances importantes que hicieron la vida más compleja y más cómoda para el hombre moderno. Sin embargo, el
crecimiento industrial también marcó el comienzo de una fuerte presión sobre el ambiente; y la contaminación creció drásticamente.
El continuo desarrollo de la civilización occidental ligada a la idea de “progreso
ilimitado”, trajo consigo una gradual transformación de los ecosistemas, originándose problemas ambientales como la desertificación, la erosión, la contaminación y sobre todo, la afectación de las poblaciones que habitan los territorios impactados. Pero estos procesos comenzaron a agravarse al comienzo de la Revolución Industrial, con la explotación de fuentes de energía como el petróleo, el carbón y el gas, dando comienzo así al deterioro de la calidad del agua y del aire. Más tarde con el crecimiento de las ciudades, el desarrollo de las centrales nucleares y las nuevas tecnologías aplicadas a todas las actividades humanas, se comenzó una etapa en la que el hombre sometió completamente a la naturaleza, llegando a hacer peligrar su existencia. El hombre se situó por fuera y por encima de la ella.

Creemos que es misión de la educación ambiental construir una nueva visión de esa relación, desnaturalizando la crisis ambiental como algo dado y replanteando los orígenes y formas de expresión de la misma, así como dar herramientas para su resolución.

¿Qué entendemos por ambiente?




Entendemos al ambiente como la interacción entre la
naturaleza y la cultura.
Comprende un sistema complejo, en el que se relacionan “la atmósfera, la hidrósfera, la litósfera, la biósfera y la geósfera, con gran sensibilidad a la variación de uno solo de los factores”.
Generalmente conceptualizamos la noción de ambiente en relación con los grupos humanos. “Por lo tanto, hay que partir de la percepción que del medio tienen las colectividades que lo ocupan y le dan forma” (George, 1972). Se vincula con los conceptos de sistema, de interacción y complejidad.
En el mismo sentido que lo propuesto por George, Lucié Sauvé propone explorar sus representaciones simbólicas. Entre ellas destacamos las vinculadas al ambiente como: medio de vida (que conocer), como contexto (trama de elementos interrelacionados y de significación, que destacar), como territorio (lugar de pertenencia y de identidad cultural), como proyecto comunitario (donde comprometerse). (Sauvé, 2002)

¿Que entendemos por educación?




“Enseñar no es transferir conocimiento,
sino crear las posibilidades para su producción
o de su construcción”
Paulo Freire







Si bien antes solía pensarse que educar se trataba de un trasvasamiento de contenidos hoy se postula que más bien se trata que de un camino con otros, de autoafirmación y construcción personal.
Afirmándonos en una concepción constructivista de la enseñanza y del aprendizaje, la educación se concibe como el proceso bi-direccional mediante el cual se construyen conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación no sólo se produce a través de la palabra, sino que está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.
Así, llamamos educación al proceso de vinculación y concientización cultural, moral y conductual. Y también al resultado de este proceso, que se materializa en la serie de habilidades, conocimientos, actitudes y valores adquiridos, produciendo cambios de carácter social, intelectual y emocional en la persona.
En forma breve, decimos que la Educación (del latín educere "guiar"), es el proceso de socialización de los individuos de una sociedad. A través de la educación las nuevas generaciones asimilan y reconstruyen los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores, creando además otros nuevos. La educación formal es la política del crecimiento, una acción que debe ser instrumentada colectivamente, capaz de generar un consistente proceso de florecimiento individual y comunitario.
Así, en nuestra sociedad, la educación es además una bandera, una propuesta política cultural, una preocupación orientadora, una vía para transformar el amor por el mundo en procesos concretos de logro. La apuesta es educar y educarnos para mejorar la forma de relacionarnos,para generar capacidades de comunicación, para que podamos conocernos mejor y para saber
qué queremos y cómo lograrlo.